domingo, 22 de febrero de 2009

Denis Et L'amour




L'acte De Denis Et L'amour

1er acto


Jackleness: -Sabra, tanto como el cielo se enamoro de las estrellas, que la trahision tento a su sentido, su esprit, algo que aqui abajo es sumamente comun. Asi, alimentando al gran démon, a su amo en el fondo de esta pecular situacion, pero ¿que hacer?

Zarestratto: -La cordura ha sido perdida, se ahogo en el mar de su vid, une add'ctión.

Epiglennes: -Aun asi su corazon sigue el rumbo, l'amour. Un sensato consuelo de hojas de primavera refrescandose en el llanto de sus hojos. Ahhh ... Tan beau.

Zarestratto: -La mort se mantuvo quieta, una atmosfera petrificante. La hora llego, llego como nosotros vagos, la esperabamos, y como dignos espectadores, observamos.



Fin de 1er acto.

2do acto


(Una noche sombría, masticadora. Se podía destacar la sombra
de los vagabundos cobrando vida, matando moscas. Denis, sentado cerca de la ventana apuntando a la calle pálida, atestado de boñiga beoda que consume su despertar. La mort entra disimulando camuflarse entre los vagos y de un salto alcanza la ventana y se enfrenta con nuestro personaje)

Denis: -¡Brilla luz prometedora! (refiriéndose a un viejo farol situado enfrente) ¡Il brille! Y así todos mis problemas ils disparaîtront, y yo, Dionisio des cieux podré admirar el hermoso don de la libertad ¡si convoitée! ¡si convoitée! ¡¡¡¡Si convoitée!!!!


La Mort: -Es increible, étonnant. Como el y ambiente se putrefacta mi apetito me cosquillea la garganta. Ohhh lo siento, lo padezco, lo adoro. Este alma pertenece al enfer, ahí su mente perturbada permanecerá sana, tal como su salud refleja su sentimiento, su amor. Pero, ¡que alma tan controvertida, tan quisquillosa! Exquisita, tan atractiva. Un personaje totalmente provocativo, beau.

Denis: -Ohhh un dieu mien. Las moscas revolotean cerca de mí, sie
nto su hastío canto sobre mis orejas trituradas, La Mort. Si de seguro, esta aquí, yace en cualquier parte de este maldito cuarto, ansiosa. Es muy singular como une schizophrénie puede llevarme a enfrentar esta agonizante situación. Sin embargo no puedo quejarme, ¡porte-moi! ¡Maldito engendro de esta naturaleza! ¡Il apparaît déjà!

(Enfrente, los observadores alucinan la escena al sorber una copa del tentador néctar francés)

Zarestratto: -Es increíble, lo sentí, en realidad lo sentí, y puedo decir que mi sed ha sido saciada. El dedo del maître ha tocado al infeliz, y yo he sido saciado, au même instant. Solo queda un enigma que nosotros, ambulantes almas extraviadas, no podemos descifrar .


Fin del 2do acto.


Les étoiles d’ Viena


1er acto


(Una tarde perfecta,típico escenario primaveral en el jardín Des Halles, el sol le sonreía a las dulces plantas que parecían refrescar el hermoso ambiente. No muy alejado de allí, donde se puedan contemplar estas hiervas, un ajustado camino de plateado pedrusco donde transitaban cuatro estrellas, los luceros más hermosos del cielo, que habían descendido especialmente esa tarde para saborear los hermosos placeres de la tierra que eran prohibidos por parte de Asa, padre y hacendado de los cielos, al desterrar a Suez de tal cargo)

Mariellés: -Hay algo extraño en estas orquídeas, je le pressens.

Solchellocca: -Te paraît-il? ¿Se habrá dado cuenta? ¿En verdad creen que el gran ocelo del cielo nos haya ojeado? Tampoco hemos infringido su jurisprudencia, simplement
e garbeamos en esta agraciada tierra. Libérez simplement.

Balburcia: -Queridas mías, Asa es un ingénu. No sabe contemplar las maravillosas sustancias de esta tierra, un magicien. Ya siento el amor en mi corazón, como late, siento los latidos, los dulces y apetitosos latidos. En el cielo somos los seres más relucientes y hermosos, pero nunca en mi existencia sentí algo tan precioso como lo que siento en mi pecho ahora. La briza, ¡siento la briza acariciar mi rostro! Algo magnifico, no sabré como Asa no puede contemplar esto, y esperemos, par l'amour de Zeus, que nu
nca se entere de nuestra fuga del palais des cieux.

(Un lago se encuentra a unos metros del camino, se puede apreciar sus aguas y admirar los maravillosos rubís que lo adornan en su arcén. A pocos centímetros de la orilla se encontraba un joven, de apariencia carroña, de trapos sucios y mal lavados con un petrificante sombrero gris, se distinguía una h
ilaza atada a su dedo índice de la mano derecha, esta se perdía en las veladas aguas, sumergiéndose hasta sus fondos)

Solchelloca: (quebrando la formalidad del angosto camino se dirige a
l joven) –Usted, sensato y distinguible joven. Si usted, ¿Que esta atrapando en esta hermosa tarde de hoy? ¿Hay presa?

(El joven inclina la cabeza, así el gran sombrero cubre su rostro atestado de fría penumbra)

Balbucia: -Usted no posee el don de la vergüenza ¡atrevido!, ¿como se atreve a decolorar esta bellísima atmosfera?

(El joven bochornoso gira diligentemente, mirando las calmas aguas)

Juene: -La peinture’ mas hermosa es aquella en la que se destaca lo mas menesteroso, así haciéndola un honesto y parfait Portrait, la vie, la belle vie.


Fin de 1er acto.





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